Amador


Quiero contárles la pequeña historia que me sucedió una vez con mi vecino Amador, una historia que además explica muy bien los orígenes seculares de mi desvergüenza.
Coincidía con él todos los días al ir a sacar la basura con mis canes, algo que no es de extrañar dado que vivimos adosados -igual que esos siameses que comparten tronco y extremidades y que son tan difíciles de separar- pero que es el momento que normalmente mi vecino, un tipo solitario de aspecto antiguo y aseado, aprovecha para hacerse el encontradizo y amagar su soledad con unos minutos de charla.

Al principio no me dí cuenta y en ese estado de inopia permanecí algunos meses. Luego, con el tiempo, fui poco a poco cayendo en la cuenta de que había “algo” en las charlas con Amador que se repetía constantemente y que por repetitivo y cotidiano en esos momentos escapaba a mi percepción, pero que sin embargo estaba empezando a convertirse en insoportable.

Primero pensé si sería su aftershave, de un olor tan intenso como para tumbar a un dandy, mezclado además con una empalagosa colonia de imitación y todo ello amplificado por el efecto globalizador de las bolsas de basura entre las que suelen discurrir nuestros…digamos… encuentros…ejem…en la tercera fase.
También dudé si sería su voz un tanto estridente hablándo siempre de lo mismo: una exposición detallada de los clubs de carretera y bingos de la comarca que suele frecuentar. O que siempre tenía algúna reserva de mocos que sorberse constante y ruidósamente.
Y sus toses. Tosía… aleatoriamente …y sus esputos creaban en la conversación un fondo de percusión mareante. El caso es que estaba empezando a irritarme profundamente estar con Amador.

Después de meses con este desconcierto un buen día, por fin, comencé a dar con la clave de mi incomodidad y el instrumento desafinante en su... banda sonora. Ese día creí percibir, entre el tufo penetrante de su varonil loción y el…ejem…imperio aplastante del aroma de su colonia, un byte de información olfativa que me puso tras la pista.
En otra ocasión, ya alertado por mis anteriores descubrimientos (que eran ya en todo un lote de bytes olfativos), pude percibir una leve desincronización entre la tos y su manifestación sonora, como la que se da entre el resplandor del rayo y el sonido del trueno.
Pensarán ustedes: ¿Usted bebe OjOVo? Pués sí, un vasito de vino con las principales comidas.

Por fín un buen día pude desvelar el
gran secreto y el motivo de mi confusión: cuando tosía, el bueno de Amador se tiraba un pedo. Para acabar de convencerme me dí cuenta de que en ocasiones adornaba su indigna performance poniéndose en cuclillas en un acto que multiplicaba el efecto del…ejem…trueno.
En un primer momento pensé en hablar con él y ponerle cara a cara frente a su ausencia de decoro. Pero luego pensé que la sinceridad hay que dejarla para los amigos y estuve un tiempo empapándome las narices con toallitas aromáticas que se usan para el marisco ántes de salir a su encuentro. Un día casi pierdo el conocimiento por sobredósis de toallitas y fue entonces cuando decidí parar y poner fín a mis charlas con Amador.


He cambiado mis hábitos para no coincidir con él y ya no saco la basura,
por lo que poco a poco he ido acumulando toneladas en la casa. El olor se ha hecho insoportable y ahora tengo a todo el vecindario muy...ejem...mosca...conmigo. Han empezado a murmurar a mis espaldas y alguien ha pintarrajeado la puerta del garage con un grafiti enorme que pone "Lixo Espanhol", (seguro que los del AMI , cabreados por el cierre de su página, andan detrás de este atentado a mi honor). Pero al menos Amador ha ido desapareciendo de mi vida con sus aromas y sus …ejem…vicios.
En una ocasión no pude evitarlo y me tropecé de nuevo con él : después de insultarme (¡me llamó “Onesícrito de Astipalea”!), se metió en su adosado dando un portazo y airenado todo el porche de la entrada con su fragancia infernal. Dirán ustedes: "¡Vaya OjOVo, no sabíamos que los adsense de Google le dieran para tener un porche!" Pues sí, y con llantas de aleación ligera.
Aún lo veo alguna noche a través de la ventana, sacando su basura y acuclillándose junto a una farola y me digo: ahí está el Amador, tosiéndo. Y me pregunto porque se acuclillará, si no hay nadie. ¿Y si resulta que...ejem...tosía… por timidez? ¿Habré hecho bien en no dejarme… amar?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Huys deja que me seque las lágrimas , fijate que tontorrona me he puesto al escuchar a los talking heads , me encantannnnnn .

En cuanto a lo guarrete que te volviste por no charlar tranquilamente con Amador , pues que cada cual tiene sus manías ...Pero recuerda que siempre es bonito que te amen , déjate querer , déjate querer ...


Besos y gracias otra vez niño :))

Carlota

@da dijo...

Veo que este blog puede cambiar su denominación de origen y pasa a llamarse:
"Phoetidus, la basura prima del caos" (por un asceta y cínico)

Sorpresas te da la vida... ¡ay dios!

ojovo dijo...

Hola Carlota, por un momento pensé que quizás había sido demasiado…directo…en esta entrada y que, descartada la opción de que estuvieras pelando cebolla al leer el post, no podía ser que estuviera tan logrado que hasta te pudiera producir lágrimones evocar los aromas y …ejem…tufos…a los que me refería.. Me tranquiliza saber que ha sido por motivos sentimentales al volver a oir a los grandes Talking Heads otra vez. Sí, ay, ahí los tienes…¡y todavía bailables!
En cuánto a tu consejo, gracias, si tú dices que que te amen es bonito te creeremos y hasta es posible que lo probemos alguna vez. Pero ahora no hay vuelta atrás: no quiero volver a ver a Amador ni en pintura. Lo suyo no son manías, son atentados muy poco ecológicos a la integridad de la capa de ozono además de a la decencia y el decoro, y lo situan al mismo nivel de peligrosidad que las ventosidades de las vacas, que por lo visto son una auténtica bomba de relojería en la atmósfera a punto de estallar. Si estuviera de mi mano yo a seres como Amador los desterraba a un paraíso fiscal, más que nada por …ejem…artificiales. ¿Ah, que soy YO el manías? ¿Por lo de la basura? Ya pero ¿sabes el pastón que me ahorro de las tasas? …
Bicos y gracias por comentarme esto y lo otro!

ojovo dijo...

Vaya @ada jajajaja ¿sabes que es muy buena idea esa del cambio de nombre del blog? Tiene más gracia aún porque andaba yo pensando que ya me estaba empezando a hartar un poquito lo de Ojovo y su materia prima; y le andaba dándo vueltas a lo del cambio de nombre y creo que el que propones puede ser un gran candidato. Tengo algunos más "OjOVo: Sin Comentarios", "Esperando a René", "Bienvenido Mr.E", "Dónde Dije Digo" o "He Mirao Bajo El Almendro y Ni Rastro de Eloísa", entre otros, igual un día le meto una sonda a mis comentaristas para decidir cuál. El tuyo me ha gustado doblemente porque además me encantan las "pehaches" y procuro utilizarlas siempre que puedo en lugar de las "efes". Debo de ser de los pocos que hoy en día siguen diciendo "Raphael" cuando hablan del cantante. Así que lo de "Phoetidus" me ha llegado al alma de cínico, desde luego mucho más que el vulgar "Onesícrito de Astipalea" con el que me despachó Amador. Lo que no acabo de pillar muy bien es lo de asceta, aunque queda muy bonito, supongo que lo dirás por mi tendencia al "recojimiento" (de todo lo que encuentro a mi alcance), tan cercano a ese "arrobamiento" que debes conocer tan bien. Por cierto, también me encantan las palabras terminadas en miento. Y digo yo....¿porqué será ?
En fín, sí, la vida de da sorpresas. Y espero que te lleves alguna más cada vez que visites este blog. Gracias por comentar y saludos!

Anónimo dijo...

Jjjajjajajajajaa , quelo usen como arma de destrucción masiva ...

Besos .

Carlota

PD no hay de que ...coño has puesto verificación grgrgrgr"minnamy" salió

ojovo dijo...

Jajajaja....sí claro, aún encima con IVA jajaja...que se esperen a Junio...
Lo de la verificación lo siento, no es que desconfíe ahora de todo el mundo, es para solucionar un problema de spam en el blog, una manera de asegurarme de que el que me comente no sea un robot...bicos!