Apartaos de Correos!

Hola, cómo están ustedes?

Me siento...literalmente... en un bar del puerto de Vigo un poco poeta maldito y con ganas de hacer una oda al mar de fondo... pero al final pienso que ya soy un poco extraño en esta ciudad que apenas piso desde hace años... y me chimpo el cafelito y me pongo a mandar unas cuantas postales como se hacía ántes cuando uno hacía turismo por el mundo adelante.



Ha sido ver el "Independence of the Seas" y caer en la cuenta del cabezón que debía tener servidor de pequeño. Peazo buque.

El barco éste lleva una tripulación de 1400 personas, una barbaridad. Eso más que un crucero de placer parece una grillera con flotador. En fín, los turistas sabrán, pero yo no me pierdo por ahí ni jarto de griffa en luna de miel.

Este artista tiene mucho mérito porque aquí somos muy dados a tocar la gaita y
lo del digeridoo no lo acabamos de…ejem…digerir demasiado bien.
Hace falta tener mucho diafragma para mantener semejante flujos de aire bien interruptus. Ole sus…ejem…ovus...y una monedita para él.



Man regalao una batería de tres piezas.
No sabía dónde ponerla así que al final he pensado que qué sitio mejor para una batería que… la cocina.
A partir de ahora cocinaremos a ritmo de tan tan. Abajo el pil pil: viva el tan tan. Espero cojer al vecindario confesao.

Este amanecer sobre Compostela lo he trucado un poquito para hacerlo más truculento y acorde al año santo pederasta que nos ha tocado sufrir.


Si le quedaba a alguien alguna duda de que soy un tipo duro y -un poquito solamente- metrosexual, dejenmé que les muestre los andamios que me anclan a esta tierra. ¿El caballo? Al fondo, a la derecha.


Estoy un poquito sordo del lado derecho por culpa de un catarro mal curado: se me escapan los agudos. Es una suerte, no se crean: hay mucho agudo por ahí...
Este …handicap…tipo Van Gogh... me hace sentir muy artista y muy ....girasol.... y de vez en cuando me autorretrato en silencio para regocijo de mi autosuficiencia.


Angelitos negros en una pared cualquiera.
¿Qué perverso artista de la calle se esconde tras esta obra maestra del minimalismo grafitero? ¿Micro Machín?


Santos por un tubo en este escaparate para el santurrón más recalcitrante: reliquias, iconos, figurillas, hay de todo, como en una botica celestial. Amén.

Hallé un peine, no se lo crean. Tirado en el suelo. De plástico negro, gastado. De algún facha, no les quepa duda. De esos que todavía se peinan el bigote.


Una chalé abandonado en Sabarís. Pero diosanto, ¿qué imbécil abandona un chalé?


Esa puerta del infiernoooo.....!

El Abuelo les manda saludos.

Un consejo para los padres con niños difíciles:



pónganles el cinturón de seguridad.

Y si no funciona secuéstrenlo y pidan rescate.


Iba a beber de este vaso pero al final no lo hice porque ya había bebido ántes y soy muy escrupuloso y nunca bebo de dónde haya bebido alguien ántes.


“Hay chicas que viven en torres donde no hay escaleras”. ¿Vivirá aquí una de esas?.

Paseándo por la calle me llama mi hermano agobiado con uno de sus típicos probemas informáticos. Le grité que NO, que no subía, que formateara, que yo estaba paseándo.

Bueno, les dejo. Me acuerdo mucho de todos. Bicos!


PD: La comida es muy buena.

Oda a Un Amigo


No hace mucho un buen amigo, sabedor de las grandes cualidades de servidor como juglar de infantes y princesas me pidió por favor que le compusiera una oda en mis ratos libres como muestra de admiración.
Es cierto que es un muy buen amigo, de grado 8: uno de
esos que, según un baremo personal que aplico y siempre me funciona basado en la escala sísmica Richter, pase lo que pase siempre consigue que el cielo no se derrumbe sobre tu cabeza, -ya saben, ese miedo ancestral que tenemos todos los galos desde los tiempos de...ejem...Asterix-, y que cualquier problema que te atosigue parezca una tierna pompa de jabón explotando alegremente sobre tu mar de dudas.
Pero no por ello la petición de mi amigo no ha dejado de sorprenderme y hasta de parecerme un
poco impertinente.

Porque, veamos, se supone que una
oda la compone uno como homenaje o exaltación de la figura de un un tercero, del tipo dioses o atletas, o de conceptos abstractos como el... ejem... amor. Es un acto reverencial.

Por eso no me parece muy normal que este acto
fervoroso, que sólo puede salir bien desde la sinceridad y el... aplomo...se deba hacer por encargo y mucho menos si el que lo encarga es el propio...exaltado.
Mi amigo podría ser una figura a ensalzar si no le
cantaran tanto los pinreles o no fuera tan inoportuno y desde luego que tiene poco de dios y de atleta sólo el pié-como servidor- , por lo que este encargo personal me resulta doblemente embarazoso y no sé, sinceramente, como expresar mi admiración hacia él en estrofas monodias o corales bajo la forma de un poema sin caer en el sonrojamiento.

Y no porque no lo admire suficientemente, que no es el
caso, sino porque más bien creo que, una vez más, no están los tiempos para la lírica y me perdone mi amigo si le falto, pero para hacerle una oda a alguien hay que estar muy exaltado y un poquito fuera de si y ya saben que servidor sólo está en trance cuando medita en la pista de dance.

Bueno, el caso es que,
finalmente, regañando con los dientes, he aceptado; me animó un poco el hecho de que mi amigo haya puesto a una intérprete lírica a mi entera disposición, para que toque la lira mientras declamo. No se preocupen: mis comentaristas tendrán un pase vip para la rentré.

"No se dice
rentré OjOVo", seguro que me correjirán ustedes. Ya lo sé, pero tampoco se dice premiere y como el dato lo desconozco pués me quedo con rentré que queda más chic e infinítamente más vip.

Pero como en el fondo no me apetecía nada hacerle la
oda he decidido solucionarlo por la vía rápida robándole un chascarrillo al bueno de Santiago Auserón, ya que estoy seguro que mi amigo no sabrá distinguir una oda de un chascarrillo y ni se dará cuenta. Espero que aprueben esta muestra de bajeza moral con su siempre ponderado criterio y buen gusto. Muchas gracias.
Dice asín:

"
Yo sólo quiero aprender de ti, algo que pronto se pueda ovidar pues algún día lo voy a contar muy lejos de aqui, sí, a otro amigo desconocido aún"

Firmado: OjOvo.


PD: Y si no le gusta, que se
joda.

Cuánto vale un peine?


Como buen hijo de Buda que soy practico la meditación. Y además de meditar contínuamente sobre "cómo he llegado con los años a convertirme en semejante hijo de Buda", a veces, no demasiadas, consigo dejar mi mente en blanco. Seguro que más de un ...amo.... de su casa se preguntará al leer esto cuál es mi secreto definitivo de blancura para aplicárlo inmediatamente a esas manchas de sus camisitas rosas que no salen ni poniéndole velas a San Skip.
Les cuento, muy fácil: despejando la mente y vaciándola de pensamientos
vacuos. A servidor le ayuda el hecho de poseer cuasi de fábrica una...ejem...mente...despejada, pero no se crean, con un poco de entrenamiento cualquiera puede perder el pelo de tanto dejar de pensar. En mi caso este punto fue el que, el otro día, alcancé de pronto en el medio de una meditación trascendental.
Y me pregunté: ¿porqué la gente ya no se peina? ¿Se siguen fabricando peines, además de para las señoras? Quiero decir, ¿es que nos hemos
hecho los hombres tan proamericanos que ya no necesitamos peine? ¿Quien coño -y me perdonen esta breve agitación de las ondas alfa- se peina hoy en día?

Y entónces me dije:

¿qué costará hoy en
día -en plena era internet, ya saben-, un -y me perdonarán otra vez esta nueva sacudida de ondas beta- puto peine?
¿Cuánto valían ántes...20 pesetas? ¡Pero si ya no quedan ni peluquerías
unisex! ¿Qué ha ocurrido? Y lo que es peor: ¿a dónde va a parar esta civilización sin peines?

Recuerdo que hace años los hombres llevaban un peine en el bolsillo de
atrás, con la carterita y el pañuelo, y se aprovechaba cualquier superficie reflectante como espejo improvisado en el que atusar los cabellos con unas pasadas de peine a modo de guadaña, que dejaban nuestras greñas listas para ser mesadas.
Ay, que tiempos. El peinecito de plástico de
color marfíl, que perdíamos contínuamente en algún lavabo de un bar o en el cine o en la obra (porque los del opus eran los que más se peinaban).

Como decía, las mujeres son las
únicas que se siguen peinando y lo serán hasta...el fín de esta civilización. Pero se agradece, sobre todo que se peinen las señoras y si son mayores pués, mucho mejor. Porque ellas sí que saben hacerlo. Exhiben orgullosas sus tocados de tres pisos y azotea con vistas. Esos cardados que se ondulan y ondulan y se elevan y retuercen en arabescos imposibles, desafiándo leyes físicas y...ejem..estéticas. Y las más mayores, con sus peinados coloristas en azules, verdes, morados...Siempre prestas al retoque, al último perfíl, al acolchamiento breve pero efectivo de algún ricito de loro. Y cómo se transforman las mujeres con sus peinados, que hasta parecen loritos con sus plumitas recien lavadas y secaditas al sol.

Los hombres, en este país al menos (desconozco otras costumbres porque como medito mucho, no salgo), ya no lo hacemos. Ahora ves a la gente y ya nadie se arregla el pelo, es todo naturalidad y desaliño. Y los responsables principales de que la gente no utilice el peine han sido dos: el señor Llongueras y la moda grunge, sobre todo el cantante de Pearl Jam.

El primero por razones obvias: cuentan las malas lenguas que era abrir la boca y a sus empleado ya se les caían los peines del susto. Su manía de peinar metiéndo los dedos le ha hecho un flaco favor al peinado masculino.
Y los segundos porque cuando, allá por los años 90 inventaron lo de la suciedad y el aliño desaliñao estaban anticipando el hecho que ahora estoy lamentando en este
post cercano al Nirvana: la greña era bella. Una pena.

Servidor sigue llevando peine a moso
testimonial (no por nada, sino porque me he hecho un poco grunge), uno muy pequeño que usaba mi abuelo y que mi padre me entregó llenito caspa el día que descubrió que empezaba a quedarse calvorota. Lo guardo como oro en pañuelo, al lado de la carterita. Tiene un enorme valor para mí pero he olvidado lo que cuesta.
Si lo saben, díganmeló por
favor.