Pinocho Lionel

Soy un amante de los animales. Ojo, entiéndaseme bien, en el buen sentido, nada que ver con el amor a los zoológicos, tan claustrofóbicos, ni con el amor carnal más clorofílico, que de todo hay en la viña de interné. Pero de eso quería hablarles, precisamente, de interné y sus peligros.
Po r eso, serán los ancestros mariñeiros-no sé-, amante como soy también de las redes sociales, decidí hace poco buscarle a mi querido Pastor de Brie, de nombre Bimbo José, una novia, para que no estuviera tan sólo y , para que nos vamos a engañar, para lo que la busca todo el mundo por la red, para follar. Me dije a mi mismo, superando los reparos éticos de un principio, que porqué no iba a poder aprovecharse también mi pequeñín de los avances tecnológicos puestos al servicio de las necesidades básicas. Así que, obtenida su aprobación con un tremendo lametón en la mejilla, nos decidimos a probar suerte. Y entonces fue cuando la conocimos.
Lo primero que le llamó su atención fue su nombre: Pinocho Lionel, algo inaudito, todo un toque de originalidad que no hizo más que acrecentar el deseo de mi perro y, tengo que reconocerlo, unos incómodos celos en su amo. No muy femenino quizás, pero también la novia de Belmondo se llamaba Carlos y nadie ladró en su momento.
Su pelo, negro como el azabache, y su origen Terrier, de los Terrier de toda la vida, nos cautivó desde ese mismo instante. Concertamos una cita. Cuando llegó el momento, a mi perro no le llegaba el collar al cuello y yo…tengo que reconocer que me sentía un poco proxeneta propiciando ese encuentro.
Pues qué quieren que les diga, el asunto resultó todo un fiasco: el tal Pinocho resultó ser un macho y su dueño un imbécil incurable, con lo que en el instante en el que nuestras miradas se cruzaron, ya fue imposible detener la lucha. Entre ladridos desbocados y mechones de hermoso pelo azabache sobrevolando nuestras cabezas, sólo un buen rato después, cuando la pelea se trasladó al interior de un bar, fuímos capaces de ponerle fin lanzando un taburete a la cabeza de mi perro, todo un ardid como muy de fiesta tradicional española.
Decía lo de imbécil porque el amo y señor del tal Pinocho, supongo que de nombre Lionel, no tuvo otra ocurrencia mejor que denunciarme, por lo que el asunto está ahora en manos de los tribunales y tengo a Bimbo José en cuarentena a la espera de la resolución de la autoridad veterinaria. He tenido además para más escarnio que indemnizar al taburete.
Comprenderán muy bien que no quiera ni oir hablar de citas a ciegas, si esto le ocurrió a un cuadrúpedo ¿ qué insondables peligros nos acechan en la Red a los animales de dos patas?
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Santa Paciencia Bloggera
4 comentarios:
Hoy sólo voy a responder a esta entrada porque últimamente está usted con la vena creativa y una… no da abasto. Pues eso, al grano que ya me estoy dispersando, que como tengo una corriente canofílica que nunca he ocultado voy a analizar lo ocurrido con su Bimbo José ( de los Josés de toda la vida)
Pienso que lo del mimetismo con el GJM no ha alcanzado a los co-habitantes de las respectivas casas ,la WH y la suya de usté propia , oiga ( esto último me ha quedado muy Marianista…), prosigo que veo que me llueven los improperios… hummmm por dónde iba… ah, si, lo de la raza del can, ¿el suyo no debería ser un perro de aguas portugués?( le pilla cerca, mire…)
En segundo lugar, no hay perritas graciosas y en edad de merecer en el parque cercano a su domicilio ( de usté) para evitar tamaños destrozos… si ya se le veía venir llamándose Pinocho. En fin… que los perros gays tengan que buscarse un polvo por internete , ya es bien triste, señor ojovo…
Un saludo desde alguna de sus nubes ( si puedo elegir, siempre un cumulonimbo, of course!!!) Intuyo ( una … que es intuitiva y mucho) que usted ya ha descubierto el destino bloguero final de las mismas, o no?
PD. Y no se ha preguntado ¿qué vida más monótona nos rodearía si no existieran los insondables peligros... ( en Redes y fuera de ellas)?
Bueno, efectívamente esa simbiósis kármica universal con el GJM es personal e intransferible, es como una marca, un sello distintivo que lamentablemente no todo el mundo puede poseer ya que es inimitable; y que además afecta a cosas esenciales: de entrada podemos decir que el GJM también ama a los animales.
Y...sobre las perritas...¡claro que las hay! Pero el problema de Bimbo José es su timidez, de ahí que quisieramos refugiarnos en el siempre reconfortante y cobarde anonimato.
Ya que lo menciona, pues no, no he visto ninguna nube "mía" en su blog ( jeje ya tiene usted 8 amigos ¿eh? ¿A que ahora envidia mi tranquilidad?). ¿Dónde debería buscar?
Y una cosa más, explíquemela cuando pueda, que es "gerundieando"?
Saludos y gracias por su entrar!
En primer lugar siento que te denunciara el imbécil, y en segundo lugar , perohijodedios ¿no te decía nada el nombre? jajajajajajajajajajaja, que bueno .
Saludos!!!!
Que va que va, al contrario, fue el nombre lo que nos cautivó. Supongo que todo esto no habría pasado si se hubiera llamado "Sultán" o "Toby", eso nunca lo sabremos.
Saludos y gracias por pasarte...por aquí!
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